Autor: Javier Martín
El “Miedo” como arma para no temer a nada.
Dice un proverbio chino: “El miedo tocó mi puerta, la confianza abrió, y detrás no había nadie”. Y es que Oker llama a su último trabajo, un reciente EP, “Miedo”. No es por temor ni por desconfianza a algo o alguien, sino por la tranquilidad y la valentía del que sigue una senda llena de obstáculos sabiendo que, precisamente eso, les da la seguridad de que van por el buen camino.
Un marcado carácter ochentero como seña, puro, auténtico, que hace bullir la sangre cuando el corazón, revolucionado por los recuerdos que martillean el cerebro, bombea y bombea flujo sanguíneo, alterando nuestro cuerpo como hicieron antaño aquellas primeras canciones heavys. Himnos a veces, otras muchas, melodías de garaje que nos comían por dentro como alimañas, pero al fin y al cabo, un sonido que hace alusión a lo que se nos quedó por el camino, mención a lo que remueve todavía nuestras entrañas, una epopeya de sonidos que nos ponían y ponen los pelos de punta a veces, y en otras, nos hacían y nos hacen apretar bien fuerte los dientes.
“Sobre El Papel” Oker seguirían la senda que les está llevando al éxito, y en buena parte es así, pero como se ve en este primer tema, sin renunciar al sonido ochentero, la musicalidad evoluciona sin necesidad de meterse en arenas movedizas. La voz de Xina camina excelente acompasada de un ritmo pegadizo, que pasea firme, con contundencia y sin grandes alardes en busca del “Miedo”, con el que nos encontramos cuando aún estamos saboreando la brisa fresca del primer tema.
El ritmo se acelera, se endurece, como “mar revuelto, trueno en la oscuridad o volcán en erupción”. Los instrumentos se reivindican y empiezan a tomar presencia, sin dar tregua al reloj, golpeando al ritmo, instigando al compás. La voz se eleva para seguir llenándolo todo, llevando la contraria al título, sin miedo que se sienta por ningún flanco, empapando de savia nueva las raíces del rock, refrescando duros troncos que han pasado época de sequía, pero que con Oker empiezan a calmar la sed de una década que siempre ha estado presente, y que toma aire por la puerta de Vallecas.
Los madrileños se van haciendo “Dueños De La Tempestad”, como el relámpago que ilumina la noche, como el chasquido que da morbo al silencio. Y lo hacen con una guitarra crecida que sale como los ases de debajo de la manga, abriendo camino a la armonía grupal que sigue sin romperse, aún en temas como este en que cambian los registros. La base sigue siendo coherente, dando protagonismo a lo básico, sin edulcorar partituras y dejándose de florituras.
“Sangre Y Sudor” da otra vuelta de tuerca, sin moverse del tornillo que fija la base. El tema transporta a los clásicos del metal, evoca a un tiempo pasado donde el vinilo y los cassettes estaban al poder en nuestras estanterías, e inspira a cerrar los ojos y volver allí donde empezó todo. Una canción que rememora el alma heavy, y que refleja en el retrovisor del rock aquellos recuerdos siempre presentes.
Y una letra que agudiza todos los sentidos pasamos a otra que los remueve, incitándonos a “beber de la pócima okeriana” en “Magia Negra”. Digno colofón a un EP que se te queda más corto de lo esperado, con constantes cambios de ritmo de guitarra y un sonido más callejero y macarra como despedida, dejando claro a toque de punteo que esto es sólo el comienzo, que “en esta historia ellos son los magos, ellos solos escriben su final”.
OKER:
JOSE ANDRES RODRIGUEZ ALONSO (BATERIA)
CARMEN MARTINEZ ROBLES “Xina” (VOCALISTA)
ALBERTO MARCOS (GUITARRA SOLISTA)
MANUEL SAN SEBASIAN VICENTE “Lolo” (GUITARRA RÍTMICO)
LUIS LIGERO LOPEZ (BAJO)
“Miedo”
1-Sobre El Papel
2-Miedo
3-Dueño De La Tempestad
4-Sangre Y Sudor
5-Magia negra
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